23 abr 2009
Los niños son el futuro pero también el presente
Todos hemos dicho u oído en alguna ocasión que “los niños son el futuro”. Desde pequeños les educamos, les escolarizamos y estamos pendientes de su crecimiento y su comportamiento para que el día de mañana sean el relevo de los adultos de hoy.
Sin embargo, y creo que estaréis de acuerdo conmigo, los aprendizajes se consolidan cuando se llevan a la práctica y a los niños les dejamos practicar poco. Este es de hecho uno de los peros que veo en la sociedad actual y en la escuela.
Los niños acuden a aprender y son enseñados desde la perspectiva de sujeto sin conocimientos que debe aprender lo que el sistema considera, con poca capacidad para tomar decisiones (los padres y los profesores saben lo que es mejor para ti) para, una vez llega a la adolescencia deber tomar una gran decisión de futuro como es orientarse hacia una profesión cuando nadie te ha enseñado a tomar decisiones, pues como digo, las han tomado por ti.
De este hecho se hace eco César Muñoz Jiménez, consultor internacional de infancia, juventud y participación ciudadana en una entrevista en que expresa la necesidad de que los adultos tengamos en cuenta los polos más importantes del cambio social: los niños, por su capacidad creativa, imaginativa y su tremenda ilusión y los ancianos por su experiencia y su memoria social. Justamente, los dos grupos de edad más olvidados.
Los niños deben tener más implicación en la vida social y esto debe empezar en la familia y en la escuela, permitiendo que tengan voz y si es preciso que tengan voto. No olvidemos que son personas y que tienen una vida que vivir con sus opciones, sus elecciones y sus consecuencias. De nada les sirve si las elecciones las hacemos los adultos por ellos, pues estarán viviendo la vida que esperamos que vivan y no la que ellos quieren vivir. Normal que luego no se sientan responsables de sus actos porque, como digo, no suelen ser sus elecciones, sino las nuestras, las de sus padres.
Implicándose más en la sociedad se convierten en, como dice César Muñoz, personas activas, menos violentas y más respetuosas con su entorno:
"A mayor participación, menos violencia. Baja el nivel de violencia, de agresividad y sube el de conciencia, orgullo y cuidado con el espacio en el que participan. Si los jóvenes participan desde niños en el diseño de un parque, luego lo cuidan, es un trozo suyo, de su idea, de su sugerencia. La infancia nunca será futuro si no es presente. Debe dejar de ser una transición, hay mentiras organizadas que dicen que para ser hay que ser adulto. Los niños y los ancianos tienen que participar más. La base del cambio está en la infancia."
Así a priori, es posible que suene descabellado, sin embargo los niños y jóvenes son muy capaces de elegir y de ver las consecuencias de sus elecciones (y si no las ven ahí estamos nosotros para hablar sobre ellas y promover la reflexión), sólo falta que se les ceda un poco de la responsabilidad que curiosamente se les pide.
Por poner un ejemplo, y cito de nuevo al entrevistado:
"En un pueblo de Barcelona un grupo de niños de entre 12 y 18 años participaron en el diseño de su pueblo, de la fiesta, hasta tienen la llave del Ayuntamiento para reunirse los domingos por la tarde en el salón de plenos. Administran un millón de pesetas de subvención del Ministerio, y eso creó un escándalo entre padres, políticos, etcétera, y lo hacen bien."
Y añado que probablemente lo hacen mejor que los adultos, con más implicación, con más ilusión y con más responsabilidad a la hora de gestionar el dinero.
Si vemos a nuestros hijos desde el punto de vista de que son niños tiranos, futuros rebeldes, adolescentes perdidos, inconscientes e irrespetuosos les estamos abocando directamente a ello, pues no les dejamos elegir, no les dejamos encontrarse, ser conscientes de sus vidas ni por tanto ser consecuentes ni responsables de sus propias elecciones.
Los niños son el futuro, pero también el presente. Debemos aprender a aprender de ellos.
Fuente: Comercio Digital
Publicado originalmente en Bebés y más.
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1 comentario:
Me encanta: sin más. Y poco más hay que añadir, porque entre lo dicho por el experto y lo que tú, Armando, aportas, ya está dicho todo. Completamente de acuerdo, como es habitual!
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