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9 abr 2011

En Ávila, en el VI Congreso IHAN de lactancia materna



Sólo paso por el blog para explicar que estoy en Ávila, donde acaba de finalizar el VI Congreso IHAN de lactancia materna. Han sido 3 días intensos, con muchas ponencias interesantes y con poco tiempo para hacer otra cosa que hablar de leches, madres, tetas y bebés.

He podido hablar con gente importante y entendida en la materia como Luis Ruiz, Carlos González y José María Paricio, he compartido tiempo y ratos con Eulàlia Torras, de los grupos de Alba Lactància Materna y he entrevistado tanto a Luis Ruiz como a Rosa Jové en vídeo, para publicarlos próximamente en Bebés y más.

Vamos, que he aprovechado el tiempo tanto como he podido. Además he conocido a gente majísima como Susana, de Amamanta o Eloísa, de Una maternidad diferente, entre otras, que no demasiadas, porque soy un tío, como dice Pedro Guerra, "bastante p'adentro".

Como curiosidad explicar que me lo he costeado yo todo, todito y que en el trabajo me ha quedado la sensación de que no me entendían... Digamos que allí acuden a los congresos si alguien se lo paga y, cuando digo alguien, me refiero a la industria de leche artificial o a las de los medicamentos. Así que, cuando dije que iba me preguntaron: "¿y quién te lo paga?". Y al responder "yo", se quedaron bastante asombradas por no haber intentado que alguien me lo costeara. En fin...

PS: Esta tarde, en un rato, llegan a Madrid Miriam y los niños. Abrazaco que les voy a meter después de 3 días sin verlos. Mañana, a la Warner, ya veis, rico que es uno que a pesar de que le bajen el 5% sigue teniendo dinero para estas cosas (en detrimento de muchas otras, ojo), que estoy cobrando sólo un poquito más que una cajera del Mercadona (sin minusvalorar el trabajo que realizan, Dios me libre).

3 dic 2010

Mí mismo en la televisión



¿Recordáis que os dije que me iban a grabar en Agosto? Si no lo recordáis podéis leerlo sólo unas entradas más abajo (es lo que tiene no actualizar el blog, que en un plis se lee lo último), pues bien, esta semana pasada se emitió el programa y me lo traigo al blog para quien quiera verme la jeta y escuchar mi catalán de Lleida (no es que yo sea de Lleida, es que siendo riojano el acento me queda así como del oeste de Catalunya).

Aparezco poco, tan sólo para mostrar, junto a mi familia, cómo es el modus operandi de un papá bloguero.

En el programa aparezco escribiendo en este mi blog, aunque la realidad es que las escapadas responden a las entradas realizadas en Bebés y más, básicamente.

Si queréis ir directamente a la chicha, es decir, allí donde aparezco yo, id al minuto 12 aproximadamente.

3 nov 2010

Nueva web de Alicia Torres - Belenes Artesanos



El año pasado por estas fechas os mostré la web de mi madre, artesana creadora de belenes.

Este año hemos (he) renovado la web, con un sistema mucho más visual, más bonito, práctico y lo que es más importante, con carrito de la compra (una tienda online sin carrito de la compra no es una tienda online).

El caso es que dicha web es la que me ha tenido, y me sigue teniendo, apartado tanto de el blog como de Bebés y más, donde hace más de un mes que no escribo nada.

Lo echo de menos y tengo ganas de volver a plasmar letras pensando en los bebés y los niños, pero oye, madre no hay más que una y la web merecía ser renovada.

Para quien interese el mundo de los belenes y pesebres o quieran apreciar el arte de una mujer que hace maravillas con sus manos (o incluso comprar cosas con otros fines, que hay quien utiliza los accesorios para casas de muñecas, por ejemplo), os dejo con su página web: www.aliciatorres.es.

17 sept 2010

Niños solos en el coche y llamadita al 112



Este domingo pasado nos sucedió una de esas inexplicables situaciones en que, caminando por la calle, te encuentras un coche cerrado, al sol, con niños dentro.

El coche estaba aparcado en la calle, no demasiado bien en cuanto a posición (muestra de que alguien los dejó "un momento", ya que un par de maniobras más lo habría dejado perfecto) y los niños estaban dentro con el cinturón de seguridad hablando, sonriendo y jugando (muestra de que no llevaban mucho rato dentro).

Sin embargo observé en el techo unas llaves y ambas situaciones me hicieron poca gracia. Nos detuvimos para ver si venía alguien al vernos merodear cerca del coche y al ver que nada sucedía decidí llamar al 112.

Mientras realizaba la llamada, sonó la alarma del coche sin que nadie viniera, hecho que me reafirmó en la decisión de alertar de que dos niños estaban solos dentro de un coche.

Hablé con la operadora, que me preguntó las edades de los niños, dónde se encontraban, qué coche era, etc. y mientras le explicaba la situación apareció una mujer que se acercaba al vehículo con bolsas en las manos.

- "Perdona, que ya está, que ya ha aparecido la madre".
- ¿Ya ha venido la madre?
- Sí, sí, ya ha venido la madre - repetí delante de ella para que me oyera.

- ¿Pasa alguna cosa? - me preguntó la mujer.
- No, que he llamado a la policía porque como he visto a dos niños solos dentro de un coche al sol y no me ha parecido muy normal...
- Ah, bueno..., es que, he ido tres minutos aquí, a la panadería.
- No, si yo no te juzgo. Yo solo he visto dos niños solos en un coche y nadie alrededor, con unas llaves encima del techo, ha sonado la alarma y nadie aparece...
- Bueno, gracias - me dijo semiasustada por la situación.
- Bueno, coge las llaves, que las tienes ahí (la señora ya se metía en el coche sin ellas).
- Vale, uhmmm, gracias,...

Probablemente la señora se asustó un poco al oír "he llamado a la policía". No era mi intención asustarla, pero sí hacerle saber que dejar a los niños solos dentro de un coche no es algo demasiado normal (o al menos no demasiado recomendable) y sí era mi intención velar por la seguridad de esos niños (llamé pensando en ellos).

Al final pasó lo que era más probable que pasara, que apareciera la madre, se montara en el coche y se fueran todos tan contentos. Ahora bien, lo más probable no es lo que sucede siempre y son varias las ocasiones en que hemos oído en las noticias que un niño fallece al quedar olvidado dentro del coche.

En este caso no parecían estar olvidados ya que, como he comentado, la posición del coche demostraba que era un aparcamiento circunstancial.

Sin embargo los accidentes no saben de hechos circunstanciales y pueden ocurrir en el preciso momento en que menos lo esperas (bueno, de hecho ocurren cuando menos los esperas) y dejar un coche solo con niños dentro es peligroso por diversos motivos:

Cabe la posibilidad de que alguien trate de robar el coche (difícil y peliculero, con los niños dentro, pero no imposible), cabe la posibilidad de que un coche pierda el control y le de un golpe al coche aparcado con los niños dentro (no es tan difícil, es mucha casualidad, pero no es imposible), cabe la posibilidad de que alguien trate de secuestrar a los niños (peliculero también, pero vete a saber...) y sobretodo, cabe la posibilidad de que a la madre le pase algo allí donde esté.

La mamá podría desmayarse en la panadería, podría ser asaltada por el camino por algún ladrón de bolsos que la tirara al suelo o podría sufrir un atropello al correr con las bolsas cruzando la calle hacia el coche porque sabe que sus hijos están solos (además de muchas otras situaciones). En caso de que algo le sucediera a la madre nadie tendría por qué saber que ha dejado a sus hijos solos dentro de un coche, cerrado y al sol de la tarde.

Sé que todo ello son sucesos poco probables, sin embargo, no son imposibles y no me parece una acción responsable dejar a los niños dentro del coche encerrados y por ello, cada vez que vea dicha situación, avisaré al 112.

Foto | Ken Wilcox en Flickr

20 jul 2010

Novedades personales



Madre mía, acabo de coger vacaciones y las novedades se suceden en mi humilde familia.

Como veis en la foto, hemos vuelto a Eurodisney, esta vez con Aran fuera de la barriga (la otra vez llevaba siete meses dentro).

Ha vuelto a ser genial y de nuevo han vuelto a avisarme de que uno de ellos no se enteraría de nada. La primera vez, teniendo Jon 3 años, nos avisaron de que no se enteraría de nada. Es cierto que durmió sus siestas e incluso alguna más, ya que se cansaba también más, pero alucinó con muchas cosas y, la verdad, siempre hemos considerado que para él fue muy divertido.

Como además hicimos muchísimas fotos y vídeos, ha tenido una referencia visual para hacer memoria que ha ayudado a no olvidar nada e incluso a redescubrir cosas que en el viaje se perdió.

Esta vez se lo ha pasado como un enano y Aran ha pillado lo que ha podido. "El pequeño no se va a enterar" me dijeron. "No pasa nada. Volveremos", contesté.

Bueno, a lo que iba... una amiga que sigue mis andanzas lleva tiempo diciéndome que debería escribir un libro recopilando todo lo escrito. Cree tanto en mis capacidades para ello que ha creado un grupo en Facebook: "Quiero que Armando de "El mundo de Armandilio" escriba un libro!", que lleva en 3 días 93 personas apoyándolo.

A raíz de dicho grupo se han puesto en contacto conmigo de una editorial apoyando el proyecto y esto ha sido el colofón para empezar a hablar de ello como si fuera un "y por qué no?".

Así que "habemus proyecto de libro". No sé cuándo me pondré a ello, porque ahora mismo no veo el momento casi ni de ir a mear, pero bueno. Gusta saber que quizás con el tiempo pueda tener muchas de las cosas que pienso encuadernaditas y que, dentro de unos cuantos años, pueda decir a mis nietos: "Mirad, el abuelo escribió un libro cuando era joven (o no tan joven)".

Por otro lado, han contactado conmigo de Criatures.cat, un portal sobre bebés y embarazo de Catalunya, que están buscando padres y madres para grabar algunos programas para las televisiones locales y hemos accedido, Miriam y yo, a que nos graben un ratillo y nos entrevisten.

Vamos, que ni en vacaciones paramos...

14 jun 2010

Ay que te comoooo



Aran, el de la izquierda, cuenta ahora con casi 17 meses... aún estoy yo esperando a que me de un beso y míralo, ahí está con su primo de poco más de un mes, demostrándole auténtico amor. Ay, Aran, que te comooooo un día de estos.

16 abr 2010

Estoy viviendo una regresión



Seguro que a muchos de vosotros/as os suena qué es una regresión.

Se trata de una palabra muy utilizada cuando se habla de los niños, que viene a definir la situación que se da cuando un niño empieza a hacer cosas que hacía tiempo que ya no hacía.

El ejemplo más claro es cuando un niño que ya controla los esfínteres, empieza a orinarse de nuevo encima o, cuando ya ha superado la época de las rabietas, las inicia de nuevo.

El motivo es variado. A veces es el nacimiento de un hermano, el inicio del cole, mamá que empieza a trabajar, un destete dirigido, etc. En definitiva, el motivo de que un niño haga una regresión suele ser un cambio más o menos importante en la vida y lo hacen porque con ello tratan de volver a un momento anterior en el que todo estaba como ellos querían, tranquilos, seguros, con la atención completa de mamá.

Bien, pues yo estoy viviendo mi propia regresión, aunque a nivel adulto y sin la importancia de las que he comentado con los bebés: me he comprado los Casio de hace 20 años!!!

Casio ha vuelto a fabricar los modelos que llevábamos en los 80-90 y no he querido pasar la oportunidad de hacerme con tres de ellos. Uno es el que encabeza la entrada, plateado, modelo Illuminator (que tiene luz toda la pantalla y la bombillita que daba luz desde el lateral izquierdo en los modelos anteriores), el típico negro que veis abajo y uno de los relojes calculadora.

Me he vuelto retro o estaré viviendo una regresión... lo cierto es que los llevo en la muñeca y me siento nostálgico.

Fijáos hasta donde llega mi regresión, que estoy a punto de comprar un Nokia 8210...

Por suerte la regresión es barata. Los relojes que comento no pasan de los 30 euros, y el Nokia, tampoco.



4 mar 2010

Inauguramos nuestro super huerto



Bueno, llamar super huerto a lo que hemos hecho es pasarse un poco... incluso llamarlo huerto es pasarse. La realidad es que hemos hecho realidad uno de los sueños que teníamos hace tiempo, plantar algo.

"Pues sí que os conformáis con poco", pensaréis. Pues sí, es que somos así de simples. Desde hace un tiempo quería plantar cositas que luego pudiéramos comer y como tenemos un poco de espacio en la terraza hemos puesto una jardinera con tierra y hemos plantado nuestras primeras plantas: dos plantas de fresas.

Me hace especial ilusión porque además de ser uno de los peores cocineros del mundo (soy tan malo que trato de no entrar en la cocina) soy uno de los peores jardineros del mundo. Vamos que le dije al hombre: "Usted dirá qué necesito..." y el hombre, "pues tierra, plantas, una jardinera y algo con que echar agua" (yo creo que le caía la gota por detrás y pensaba menudos pardillacos...

Así que para no quedar muy mal decíamos "¿y qué podríamos plantar? Es para los niños, que vean un poco cómo crecen los alimentos", y el hombre nos dijo seguro y conciso: "Fresas".

Normal, fresas, una planta silvestre que yo creo que no se muere ni a patadas. Sin embargo la idea de las fresas (que Miriam ya llevaba en mente) era fabulosa. Los niños saben qué son las fresas, les gustan (bueno, Aran todavía no las come) y, como digo, resisten mucho.

Así que, al día siguiente, nos pusimos manos a la obra. Os dejo algunas fotos:

Aplanando un poco la tierra...



Regando las plantas tras plantarlas:



Y ya que estábamos, plantando lentejas y cosas por el estilo:



Lo mejor, la cara de Aran. Felicidad absoluta abriendo y cerrando ventanas:



Finalmente, el experto dando los últimos retoques:

Contento



Hace unos meses os dije que estaba triste, porque tras una etapa en pediatría volvía a ver adultos...

Pues bien, puedo decir ahora que estoy contento, o al menos semicontento, puesto que desde hace una semana estoy en pediatría y en adulto todos los días.

De manera temporal han partido mi jornada en un rato visitando niños y un rato con mis abuelillos y poco a poco irá aumentando el tiempo de pediatría (a medida que haya más niños con el pediatra con el que estoy). Así que una gran noticia que celebro con todos vosotros.

Mi flor en el culo sigue intacta.

Foto: Flickr - bionicteaching

31 dic 2009

Feliz Año Nuevo

Y perdón por la desaparición...
Me he centrado estos dos últimos meses en Bebés y más y no he aparecido por aquí. Mis disculpas (aunque ya sabeís que allí podéis seguir leyéndome).

Pues nada, que se acaba el año, que seguramente, esta vez sí, se acaba el mundo. Me lo dijo un niño de 7 años hace unos días: "han dicho que el 31 por la noche se acaba el mundo" y esta vez casi me lo creo...

Porque quién sabe, quizás un día se acabe de verdad. No en plan explosión, ni en plan deshielo. Ni siquiera el sol desaparecerá ni un meteorito nos extinguirá.

El mundo se acaba porque cada día más gente muere. Y no hablo del morir-fallecer, de ese que en polvo te conviertes. Hablo del morir-no vivir, ese en que vives casi sin quererlo. Ese en que cagas de pie porque no te da tiempo a sentarte, en que tienes hijos a los que no conoces, en que vives para trabajar sin disfrutar de lo que haces, ese en que llegas a tener 30, 40, 50 y 60 años, te das cuenta que la vida pasa cada vez más rápido y que te has perdido muchas cosas en el camino.

Si hay una cosa que temo, casi más que la muerte (la que te vas y no vuelves) es llegar a viejo, echar la vista atrás y tener la sensación de que no has vivido. Lo temo, porque no quiero llegar a los 80 años pidiendo una segunda oportunidad. Una nueva vida para vivirla de otro modo.

Llega el 2010 y hay que tratar de evitar esto mismo. Este año cumpliré 31 años. La carrera hacia los 40 ha comenzado. No me importa, no me molesta cumplir años mientras siga pensando "eso que me he llevado". No pasa nada porque tengo tres soles esperándome cada día en casa y tanta luz me recarga hasta que reboso felicidad por los poros.

La sonrisa de Aran enseñándome sus dos dientes no tiene precio. Los ojos de Jon diciéndome "Se ha roto ¿y cómo hacemos ahora?" es impagable. Un beso de Miriam diciéndome cuánto me quiere vale millones.

¿Qué más quiero?

Feliz Año Nuevo a todos y todas.

14 nov 2009

Papá porteador



Uno de los riesgos de ir caminando a un sitio relativamente lejano es que el hermano mayor diga que está cansado y que, encima, quiera que sea papá el que le coja.

En estas lides me vi un bien día, uno por delante y otro por detrás... Sólo fue un momento y Miriam quiso inmortalizarlo porque el momento lo merecía.

Ay! Mis niños!

11 nov 2009

Se armó el Belén: Alicia Torres - Belenes Artesanos



Se acerca la Navidad y, como cada año, mi madre acaba de ultimar los preparativos para la "Fira de Santa Llúcia". Se trata de un punto de encuentro anual de belenistas y vendedores de artículos navideños en el que mi madre expone y vende (yo digo que expone, porque muchas de sus obras merecen ser vistas en directo) lo que ha ido haciendo durante un año.

Este año, además, me he animado a hacer lo que me ha pedido alguna que otra vez, mostrar su obra a otras personas y abrir la posibilidad de que puedan comprarlas desde cualquier lugar. En otras palabras, que hemos hecho una tienda virtual (modesta) para quien quiera ver y comprar belenes y accesorios relacionados.

La página en cuestión es www.belenesartesania.com y os invito a todos a pasaros por ella (y entrar sobretodo a la galería "Grandes Belenes Artesanos", donde están los más grandes o los más impresionantes a mi modo de ver, los que llevan más trabajo y los que requieren más creatividad - y por ende los que cuestan más dinero).

Si mi madre tuviera que explicar un poco a qué viene esto de hacer belenes, lo diría así:

"Mi nombre es Alicia Torres. Hacer belenes ha sido siempre uno de mis grandes hobbies, de hecho los que hemos puesto cada año en casa, Navidad tras Navidad, han sido siempre hechos por mí.

Hace unos años esta afición fue creciendo y llegó un momento en que tenía "excedente" de nacimientos, casitas y accesorios. Así decidí formar parte de la "Fira de Santa Llúcia" de Terrassa donde se pueden conseguir los belenes que hago, figuras adientes a los mismos y diversos accesorios, muchos de ellos realizados también por mí."


Si queréis además ir recibiendo novedades, podéis agregar a "Belenes Artesania - Alicia Torres" en facebook (bueno, creo que se puede hacer así, que el feisbuk no lo domino demasiado).

12 oct 2009

Por cierto, la operación pañal fue un éxito



A mediados de agosto publiqué la entrada "Operación pañal v.2" y, como suelo hacer a menudo, no expliqué nada de la evolución que había llevado el tema (mala cabeza la mía).

Así que hoy voy a hablar de ello.

La operación pañal v.2 tuvo muy poca historia. Teníamos planeado llevarla a cabo en vacaciones, pero en la playa, y sin querer lo empezamos a hacer unos días antes.

Me dio por dejar a Jon desnudo totalmente por casa (recordad que era verano, Julio para ser más exactos) porque pensé: este año prefiero coger cositas del suelo que sacarle el calzoncillo y restregarlo todo por las piernas, guarrada impresionante a mi modo de ver que además a Jon le cabreaba un montón (a nadie le gusta cagarse encima).

El caso es que desnudo como iba y sin pañal, decidimos dejarle hacer... no tardó en mearse en el suelo y no tardé en encontrar un "señor mojón" en el puzzle de goma-eva de su habitación.

"Uy, Jon, mira, un pipi", "Uy, Jon, mira, una caca... venga, lo recogemos y lo echamos al water... si quieres otra vez podemos poner el reductor y lo haces en el water".

Dicho y hecho. Los siguientes pipis y las siguientes cacas fueron en el WC a voz de "quiere el retuctooó" (Jon sigue hablando de sí mismo en tercera persona, jijiji - me hace gracia, lo siento...).

Esto hizo que pasáramos más de un mal rato, porque estuvimos en Port Aventura, comiendo en sitios públicos, y como él no se quería hacer pipi ni caca encima pedía el "retuctó" cada 5-10 minutos... Y ale! ahí que iba su papa con la bolsita y el reductor dentro lavabo por lavabo a ver si hacía caca o pipi.

- ¿Pero tienes caca?
- Sí.
- Vale, pues venga.

Y ahí no salía nada. El tío apretando y no había manera...

Poco a poco fuimos conociendo el modus operandi, y a la caca le precedía una especie de baile extraño en forma de saltos y carreritas varias. Entonces le preguntábamos "¿quieres el reductor?" y respondía "sí, retuctó"...

Desde ese día en que hizo caca en el puzzle, sólo se le ha escapado la caca una vez, en Julio, un día que no llegamos a tiempo al WC. El pipi se le ha escapado dos veces, una pocos días después de empezar y la otra hace dos días, que le vino un ataque de tos mortal...

La noche fue también un éxito. A mi me daba más miedo quitárle el pañal de noche, porque durmiendo todos juntos sería un follón cambiar sábanas y no me hacía gracia que se despertara Aran, pero Miriam me convenció porque hacía tiempo que el pañal de Jon estaba seco por las mañanas.

Así que lo quitamos también a los pocos días y voilà, culito seco, culito sano cada mañana (no me extraña, hay días que no mea al levantarse, sino a las 11 de la mañana... eso hace que pueda pasar cerca de 13 horas sin mear... será un X-MEN?)

Con todo no puedo más que decir que la operación pañal ha sido un éxito rotundo, sobretodo porque no hemos hecho casi nada. Simplemente dejarle que viera qué era un pipi en el suelo y qué era una caca en el suelo y qué podía hacer para que no fuera a parar ahí, sino a un lugar más higiénico, el WC.

Una vez hace caca, saludamos al señor (o señores) mojón: "hola señor mojón" (y él a veces les llama señora mojona, jajajajja) y luego nos despedimos de ellos "al río!!!"

Explicar esto me hace engordar 10 o 20 kilos de orgullo hacía mi hijo y de orgullo hacia mí mismo. El año pasado este tema produjo diversas discusiones familiares y muy poca gente llegó a entender que cediéramos y le volviéramos a poner el pañal.

¿Qué conseguimos?

Pues evitar que lo siguiera pasando mal después de un mes de hacérselo encima, de llorar cada vez que le pasaba, de andar detrás suyo a todas horas para que hiciera pipi o caca y permitirle a él mismo, un año después, manejar el tema.

Está claro. La maduración llega tarde o temprano y sólo hay que ayudarles (en nuestro caso porque empezaba el cole) para que escuchen un poco a su cuerpo.

Si están preparados, es coser y cantar. Si no lo están, no tiene sentido.

Yo ya lo dije y no me hicisteis caso.

Yo no soy así. No soy de los que recuerdan un hecho y dice "¿ves? yo ya lo dije", demasiado tímido, supongo, así que hoy lo haré mediante el blog: yo ya lo dije, no había prisa, aún faltaba un año para que empezara el cole y no había necesidad de marearlo...

9 oct 2009

Los motores de mi vida





Gracias Jon.
Gracias Aran.
Gracias Miriam, por darme estos dos soles.

22 sept 2009

Jon y su carro, que se lo robaron



Mira que hay canciones en el mundo, pues mi hijo Jon no tiene otra cosa que hacer que cantar la de "Mi carro" de Manolo Escobar.

Todo sucedió una tarde en casa de los yayos, cuando dio con la carátula de una cinta del mencionado artista (bueno, artista, lo que se dice artista...). A mí no se me ocurrió otra cosa que cantar el tema estrella de este hombre, hecho suficiente para que Jon se la aprendiera y la empezara a repetir durante días.

Ahora es ver una cámara y te canta su nuevo single: Mi carrooo (no, no) me robaron, anoche cuando dormía...

No sé porque dice que no, no se lo robaron, porque con esta versión rompe un poco la historia del carro, pero bueno, no seré yo quien le cambie el tema.

Los coros son de Aran, que estaba demasiado cerca del móvil (llamémosle mochilita).

27 ago 2009

¡¡Hola guapa!!



Hoy hemos ido al centro a comprar algo de ropa de cara al otoño-invierno para los niños y nos hemos parado en uno de esos cientos de vehículos infantiles que vigilan las entradas de los comercios a Euro el movimiento.

Jon, aficionado a ellos, se ha querido montar en él (el camión de bomberos del pato Lucas) y nos hemos fijado que al otro lado de la tienda había un vendedor de cupones de la ONCE.

Me he acordado que llevaba un boleto con la terminación ganadora y que debía devolver y me he decidido a dárselo al muchacho cuando una joven ha pasado ante todos nosotros.

El vendedor de la ONCE le ha espetado un: "¡Hola guapa!", que ha hecho sonreir y sonrojar a la muchacha en cuestión.

Yo no soy nadie para valorar el físico de la muchacha, pero vamos, que a una le diga guapa un vendedor de la ONCE es un poco... ¿raro?

Acto seguido le he dado mi boleto y él se ha acercado la maquinita a 2 cm de sus ojos para manejarla.

Bah! No me hagáis mucho caso... bien mirado, el chaval se ha sentido un galán piropeando a la muchacha, y ella se ha llenado de felicidad para toda la tarde ¿Puede haber algo mejor?

PD: ¿De verdad alguien mete euros en esas tragaperras meneaniños?

21 ago 2009

Operación pañal v.2



Cuando llega el verano, además de la operación bikini, que llevan a cabo algunos papás y mamás, se suele llevar a cabo otra operación en los niños y niñas de España (e imagino que de otros países): la operación pañal.

No es que el verano sea el momento obligado para tratar de retirar el pañal a los niños, pues se puede hacer en cualquier momento del año, pero como es en verano cuando llevan menos ropa, cuando pueden ir incluso desnudos por casa y es cuando al tener vacaciones, más tiempo estamos con ellos, suele ser un buen momento para llevar a cabo dicha operación.

He titulado la entrada “operación pañal v.2” porque este verano, en mi casa, hemos llevado a cabo la operación por segunda vez ya que el año pasado, teniendo Jon 2 años y medio, lo intentamos pero comprendimos que no estaba preparado aún.

Cómo supimos que no estaba preparado

Simple. Él no hacía mención alguna a tener ganas de hacer pipi o caca. Ni siquiera cuando ya lo había hecho avisaba de ello.

Sí retenía la orina sin problemas (desde hace más de un año no moja el pañal por las noches), pero no salía de él ir al orinal. Se hacía caca continuamente en los calzoncillos y cuando le ofrecías la posibilidad de hacerlo en el orinal parecía disimular.

De hecho os podría decir que en Junio, si hacía caca instantes antes de ir a dormir y le decías "venga Jon, que nos vamos a la cama", se subía a la cama tan campante para dormir con toda la plasta en el pañal...

En fin, todo eso es lo que conseguimos después de casi un mes, así que concluimos que no era el momento y se hizo patente la máxima que me dijo una vez una pediatra: El control de esfínteres no se aprende.

¿No se aprende?

Una vez leí en una tabla de recomendaciones para quitar el pañal que enseñar a controlar los esfínteres podía ser, en algunos casos, cuestión de varios meses.

Claro – pensé –, y si empiezas a los 8 meses puede ser cuestión de años.
El control de esfínteres es una cuestión de maduración como lo es el andar o el hablar y de igual manera que no hay posibilidad de enseñar a andar o de enseñar a hablar (en base a un entrenamiento, me refiero) no se puede enseñar a controlar los esfínteres.

Y si no se aprende ¿por qué hemos llevado a cabo la operación pañal v.2?

Buena pregunta. Pues porque en septiembre empieza el colegio y, mostrando una increíble falta de adaptabilidad con los niños y una gran falta de respeto hacia sus ritmos de aprendizaje, en el colegio los niños no pueden llevar pañal.

No es que en la escuela se considere que deban haber aprendido ya a controlar los esfínteres, sino que una o dos profesionales tienen que hacerse cargo de más de veinte niños y la manera más simple de tratarlos es igualando sus rutinas para que todos hagan lo mismo en el mismo momento y para que sean lo más autosuficientes posible.

Por suerte ya he oído hablar de alguna escuela o profesora que sí respetan el proceso madurativo y no ponen ningún impedimento a que los niños vayan con pañal al colegio.

En otras (yo diría que la nuestra es una de ellas), recomiendan que el niño lleve una muda siempre encima porque “ya sabéis que aunque controlan muy bien (creo a la directora sólo le faltó guiñar el ojo) se les suele escapar porque el colegio es una novedad importante”.

Supongo que no hace falta que diga que si mi hijo no fuera este año al colegio la operación pañal v.2 no lo habríamos llevado a cabo.

¿Cuándo controlan, madurativamente hablando, los esfínteres?

A lo largo de mi andanza como papá y como enfermero me he encontrado con casos de niños a los que se les ha quitado el pañal con 16 meses (desconozco si con éxito o no) y con niños a los que se les ha quitado a los 4 años (los menos, por el tema colegio).

Parece ser que la edad preestablecida para ello es a partir de los dos años. No es que sea una edad que nadie haya marcado como necesaria, sino que como es la edad previa a la entrada al colegio, todo el mundo la ha tomado como de obligado cumplimiento.

Podréis imaginar, por lo tanto, la de veces que nos han preguntado, con nuestro hijo de 3 años y medio: “Ah, ¿pero aún lleva pañal?”

La pregunta no me molesta en absoluto porque un “sí, todavía no controla los esfínteres” es, a mi modo de ver, suficiente. El problema es que muchos papás sienten la pregunta como un “¿aún no le habéis quitado el pañal?”, como si se tratara de un error educativo o de una muestra de dejadez paterna, cuando se trata de un proceso madurativo del niño.

Según los estudios del desarrollo psicomotor Haizea-Llevant el 50% de los niños controlan los esfínteres de día a los 30 meses (2 años y medio), el 75% a los 36 meses (3 años) y el 95% a los 42 meses (3 años y medio).

Hasta ese 95% se considera normal que no se controle y ese 5% que queda no tiene por qué ser patológico porque el ritmo de maduración de los niños es, como todos sabemos, muy variable.

En cualquier caso, como veis, hasta los 3 años y medio puede ser perfectamente normal que un niño no controle los esfínteres por el día.

Hay pediatras que incluso consideran normal el que un niño no adquiera dicho control hasta los 4-5 años.

El control de esfínteres tiene mucho de psicológico

Parece que es un aspecto básicamente físico, pero está muy relacionado con la maduración psicológica de los niños.



A medida que crecen y cumplen los 2-3 años van descubriendo que son personas diferentes a mamá o papá y que tienen la capacidad de manejar el entorno (explorando) y de interiorizar cosas de él, ya sean aprendizajes, emociones o la ingestión de comida.

Del mismo modo se empiezan a dar cuenta de que pueden exteriorizar cosas, tales como las mismas emociones, el lenguaje y de manera más física, el pipí y la caca. Así empiezan a darse cuenta de que el pañal mojado y el pañal con caca no son realmente partes de su cuerpo y empiezan a entender, poco a poco, que el pipí y la caca se separarán de él para ir a otro lado.

Al principio les asusta esa pérdida de lo que consideran “partes de su cuerpo”. Por eso se recomienda empezar con un orinal en el que puedan sentarse y tocar con los pies en el suelo (más adaptado a su tamaño, por otra parte) para que puedan levantarse, girarse y conocer lo que su cuerpo ha originado, saber dónde va a ir a parar y quedarse tranquilos al ver que a ellos no les pasa nada tras desprenderse de "una parte de sí mismos"

¿Podemos hacer algo para ayudarles?

Sí, como dije ayer viene el colegio y muchos padres vamos a intentar que el niño empiece controlando los esfínteres porque sí se les puede ayudar un poco a que lo hagan.

En Bebés y más ya se ha comentado qué se puede hacer para ayudarles a dejar el pañal así que no me extenderé demasiado, pero sí quiero dejar unas pautas que considero importantes:

• Respetar sus tiempos: Ya hemos dicho que es un proceso madurativo, así que si los que queremos iniciar el control somos los papás, porque ellos no nos lo han pedido, debemos ser muy respetuosos.

Esto significa no enfadarnos, no regañar, no impacientarnos y, si hace falta, recordarnos a nosotros mismos por qué estamos llevando a cabo tal “entrenamiento” (normalmente por presión social ya que como hemos visto es normal que un niño no controle los esfínteres hasta una edad de 3-5 años).

• Permitir su maduración psicológica: Hablando de sus hitos, de sus avances en otras áreas y permitiendo que vayan cogiendo autonomía en general.

No tiene mucho sentido tratar de enseñar a un niño a controlar por sí mismo los esfínteres si todavía lleva chupete, si no le dejamos que coma algunas cosas con la cuchara para que no se manche, si no bebe en vaso, si no dejamos que trate de vestirse o desvestirse, etc.

• Hablar del tema: Diciéndoles dónde van a parar sus excrementos, cómo lo hace papá o mamá, los animales, que conozca el nombre de cada cosa (pipí y caca), explicarle las sensaciones de estar mojado o de tener caca en el pañal, etc.

En definitiva se trata de mitigar su curiosidad y de responder a sus preguntas o poner nombre a sus sensaciones. No hace falta hacer una clase magistral del tema porque no nos atenderán y se aburrirán antes de iniciar la segunda frase.

• Dejarle elegir dónde hacerlo: Debemos poner a su disposición calzoncillos o bragas, ropa cómoda, un orinal o un váter con un escalón y un adaptador si lo prefiere y pañales.

Poner a su disposición significa informar de dónde está cada cosa y que él vaya decidiendo qué prefiere utilizar. Hay niños que controlan perfectamente los esfínteres pero cuando van a hacer caca piden un pañal porque se sienten más seguros que en el váter. Otros en cambio llevan pañal y piden el váter para hacer pipi o caca.

¿Y si realmente la cosa no va bien?

Mucha gente piensa que cuando decide quitar el pañal a un niño entra en un punto de no retorno en el que, sea como sea, tiene que acabar por controlar los esfínteres, porque volver a poner el pañal sería echar un “paso atrás”.

Lo cierto es que para dar un paso atrás antes debe haberse dado un paso adelante. Si un niño al que le hemos quitado el pañal se lo sigue haciendo encima pasado un tiempo, no avisa de que se lo va a hacer ni de que se lo ha hecho y en definitiva nos estamos dando cuenta que aún no estaba preparado no ha habido ningún progreso real. No ha habido un avance, por lo que no puede haber un retroceso.

Si nos damos cuenta de ello, le volvemos a poner el pañal y santas pascuas. Tiempo habrá de volvérselo a quitar, os lo aseguro.

Más información: Atraviesa el espejo
Fotos: Flickr (Flux=Rad), Flickr (The Wu’s Photo Land)

2 ago 2009

Cosas que no entiendo: se tiene que acostumbrar



Hace tiempo que no me veis el pelo, ¿eh? Seré que estoy de vacaciones Santillana… Andamos por zona costera. Verano, padres, madres e hijos de vacaciones y la oportunidad de disfrutar todos juntos.

Todo felicidad, sin prisas, sin deberes, sin trabajo, sin obligaciones de trabajo…
Sin embargo “en ocasiones veo muertos” y gracias a la afición de Jon de pasear playa arriba y playa abajo tengo la oportunidad de presenciar diversas escenas en las relaciones padres-hijos.

Sé que os dejo con el intríngulis, pero ya las explicaré otro día, que hoy no me apetece. Hoy me voy a centrar en un “se tiene que acostumbrar” que he oído estos días.

Os pongo en situación: niño de pocos meses, madre y agua. Bañito relajante con el niño. Jiji, jaja, mira qué bien se lo pasa y ploff! La cabeza del niño se sumerge misteriosamente dentro del agua.
Bueno, misteriosamente no, su madre se la ha metido porque claro, se tiene que acostumbrar.
Esta escena la he visto este año y la vi también el año pasado con otra madre y otro bebé.

¿Qué sentido tiene sumerger la cabeza de un bebé bajo el agua? Lo cierto es que no lo sé, pero todavía lo entiendo menos cuando la razón es “que se tiene que acostumbrar”.

¿Quizá va a ser nadador profesional? ¿Escafandrista? ¿Le van a tomar el pelo todos sus amigos haciéndole ahogadillas?

Y aunque así fuere, ¿tiene que acostumbrarse cuando tiene meses de edad?

No sé, cada cuál que haga lo que quiera, claro, pero es que no puedo entender la actuación ni el objetivo...


Sobre este mismo tema recuerdo un comentario de Carlos González en una de sus charlas:

"Un amigo mío trabajaba en la Warner disfrazado de Piolín. Un día me contó que estando trabajando avistó a una niña pequeña con su familia y se decidió a darle una agradable sorpresa (¡qué mejor momento que ver a Piolín ante ti!). El caso es que el intento fue un fracaso y la niña se echó a llorar asustadísima.
Pedí perdón como pude detrás de ese gran disfraz y me giré para alejarme de ellos cuando una mano tiró de mi hombro con decisión.
Era la madre de la niña llorosa que no me dejó marchar: "¡No! Se tiene que acostumbrar".
¿Se tiene que acostumbrar? ¿Se tiene que acostumbrar a ver a un pollo amarillo de casi dos metros de alto?"


Las carcajadas en la charla fueron multitudinarias. Los padres (y madres) son capaces de hacer tonterías impresionantes para que sus hijos se acostumbren a vete a saber qué...

Y la verdad, no lo entiendo.

7 jul 2009

La satisfacción de quitarte el coche de encima



Hace dos años más o menos compramos un Peugeot 307 SW como el de la foto (pero negro), con el dinero conseguido por la venta del que ya tenía y con el dinero prestado por nuestra caja...

Dos años después, como vaticinó mi suegra Asun, nos lo quitamos de encima (el préstamo). La satisfacción, lógicamente, es infinita. Un préstamo menos. Ya sólo queda el piso (¿sólo?).

En fin. En el fondo da igual, pues ya tenemos un nuevo proyecto en mente... otro día os lo cuento con más calma.

22 jun 2009

Negociando con Jon



Jon tiene ya tres años y medio y está en un periodo al que yo llamo "pre-adolescencia" porque empieza a ser complicado. Es la etapa del NO a todo.

Hacia los 2-3 años los niños se dan cuenta definitivamente que son seres diferentes y que actúan de forma diferente (y que tienen que hacerlo para serlo). Esto hace que en muchas ocasiones, para reafirmar su personalidad se pongan tercos y cabezones con los NOes. Esto no, esto no y esto no. Y si tú, mamá, me dices que no, pues entonces sí.

Esto nos lleva a tener que ceder en muchas cosas y a tener que reconducir muchas otras.
Son momentos muy difíciles porque normalmente generan espectáculo (en la calle) y mucha tensión a los padres, que no sabemos si agarrarlo y llevárnoslo a la fuerza, si mantenernos firmes en el NO o el SÍ o bien ceder para que el espectáculo acabe.

Lo siento, pero no tengo la receta mágica... aunque os voy a dar un ejemplo que nos pasó hace pocos días y explicaré cómo actuamos. Podriamos haberlo hecho mejor, peor, o diferente, pero en ese momento salió así.

Jon redescubrió este finde la piscina de mis suegros... hacía un año que no se bañaba en ella y ahora salta y juega como no había hecho nunca. Su obsesión fue tal que quería ir a la piscina a TODAS horas. El sábado fuimos tres veces y el domingo una vez por la mañana. A mediodía nos íbamos a venir para casa, cuando al salir por la puerta, en vez de ir hacia el coche empezó a tirar de nosotros para ir a la piscina.
Yo que no, él que sí, llorando y pataleando...

a) Cogerlo y para el coche a la fuerza... Nos vamos a casa Jon, ahora ya no podemos ir a la piscina.
b) De acuerdo hijo, dejamos los bártulos, nos ponemos los bañadores, nos bañamos un rato y luego nos vamos para casa, total es mediodía y sólo tenemos una hora de viaje, podemos esperar...
c) A ver que quieres, ver la piscina? Pues venga, vamos...Vamos a la piscina, la vemos, "Qué bien lo hemos pasado verdad? Pero ahora nos vamos a casa...otro día vendremos y nos bañaremos mucho. Adios piscina!"

Primero opté por la a). Miriam camino del coche, yo cargado de maletas y con mi única mano libre para dársela a él y Jon tirando de ella para que subiera a la piscina, pero claro, la a) suele acabar mal, porque el berrinche que pilla es enorme (además la gente se asoma a ver que pasa y espera a ver qué pasa y ver si actúas demostrándole quien manda con la a)).

Finalmente cogí la opción c) fuimos, la vimos y aunque quería entrar le convencí (pura manipulación) de que nos teníamos que ir y que volveríamos.

¿Y la b) es un error?
Para nada... unos días será b) y todos tan contentos, la vida es para disfrutarla, pero mira, auel día fue c)

¿Y a)? Pues cuando hace falta, porque va su seguridad o porque en ese momento tiene que ser a) pues no hay otra. Si podemos evitar a), mejor.

Es más recomendable para todos andar jugando entre la b) y la c). La b) es la que quieren ellos, la c) la que se obtiene mediante la negociación, por lo que es más tolerable la frustración de c) que la de a).

Además hay muchos tipos de c), pues también podríamos haber subido, haber metido un minutillo los pies en el agua y habernos ido, pero en ese momento, habiendo dejado el coche encendido con Miriam y Aran dentro y las maletas dentro, la c) era de las que me beneficiaban más a mí que a él.

Por cierto, ya lo he comentado, pero ¿os dais cuenta de cómo le manipule? Le dije: "Qué quieres, ¿ver la piscina? Pues venga, vamos a verla". No lo hice a conciencia. Podría haber sido sincero y decirle que ahora no podíamos bañarnos pero sí verla y preguntarle si quería verla y recibir su enfado y su frustración en vez de reconducirlo hacia la media verdad que le conté (él no la quería ver, bueno, sí, pero en el fondo él se quería bañar)... imagino que el factor tiempo me incitó a ello... y en ese momento no fui tan cerebral como lo soy ahora (ni tenía fuerzas para recibir su enfado).

Esto lo comento porque a diario se habla de lo manipuladores que pueden llegar a ser los niños y resulta que los padres manipulamos que da gusto... de hecho creo que aprenden de nosotros. Es más. Si un niño manipula, es un niño malo... si lo hace un padre, es un padre inteligente... algo falla en esta ecuación.

Mamá: Juanito, si te portas bien te compraré una chuche.
Juanito: Mamá, si me compras una chuche esta tarde me portaré bien.

Mamá: Juanito, no te daré el postre si no te acabas la carne.
Juanito: Mamá, si me das ya el postre me acabaré la carne.

Se os ocurren más manipulaciones paternas que se vuelvan en contra?
Por cierto, ¿sabíais que Superman ha vuelto? (Superman Returns):