Quiero un aumento de sueldo

Sé que todos los mortales se sumarían a esta frase... pero es que yo quiero un aumento de sueldo.

Hace tres días fui y le pedí a mi jefe un aumento de sueldo...

- Mire jefe, no suelo quejarme porque siempre he estado bien tratado en la empresa, pero las novedades impuestas desde hace unos días me han supuesto un sobreesfuerzo y no me siento agusto con ello. Considero que debería tener un sueldo más alto, sentirme más acompañado...

- Mire, Martinez, le aprecio mucho como trabajador... es más, es usted unos de mis preferidos. Pero no puedo darle lo que me pide... lo siento. Tiene usted que saber que ya le recompensamos en base a lo que trabaja.

Me quedé un poco triste, cabizbajo. Pienso que sí merezco ese aumento, soy un muy buen trabajador...

Al día siguiente (ayer) le dije lo mismo:

- Mire, es que necesito un aumento de sueldo, voy mal de dinero, me sentiría más seguro en mi economía familiar si cobrara un poco más... creo además que me lo merezco.

- No Martinez. No le aumentaré el sueldo. De verdad, usted es un buen trabajador. Le aprecio mucho como trabajador y como persona, pero ha de entender que no le puedo dar un aumento.

Hoy ya he pasado de insistir. No tiene sentido que le siga detrás pidiendo aumentos que no llegarán.

Mi jefe se ha puesto contento al ver que no le decía nada.

- Buenos días Martinez. Está más tranquilo hoy ¿verdad? ¿Ve como el aprecio y la consideración que le tengo vale más que un aumento de sueldo?

Mi jefe piensa que el problema se ha solucionado, como me ha dicho durante dos días que soy un buen trabajador piensa que me siento satisfecho y que he aprendido a ser feliz con el sueldo.

Sin embargo no es así, mi necesidad no está satisfecha, pero como aunque pida no me va a dar más... pues dejo de pedir.

Conclusión: Así funciona el método Estivill. Pa qué llorar... si no te van a dar lo que quieres.