7 may 2008

Cuidado con el colecho


Hoy voy a hablar un poco del colecho, y para ello voy a utilizar un artículo que podéis encontrar en la página del Heraldo.

El artículo en cursiva y mis comentarios [en letra normal].

Dos de la madrugada. Carolina tiene tres años, se acerca a la cama de sus padres y se los queda mirando con carita de pena. Su madre, sobresaltada, se despierta porque nota la presencia de la pequeña que, con tono de suplica, le pregunta: “¿Puedo dormir aquí? Es que tengo mucho miedo”. La madre le pregunta por qué [te lo acaba de decir, porque tiene miedo, ¿es importante que te lo especifique? a la oscuridad, a los monstruos, a un ruido que acaba de oír, a estar sola...], mientras piensa qué hacer. Sabe que, si la envía sola a su cama, va a volver [normal, tiene miedo. Si oyes ruidos en tu casa, llamas a la policía y a los cinco minutos no aparecen, ¿no volverías a llamar?], si la deja dormir con ella, estaría cometiendo un error [claro, estaría tranquilizando a su hija que está sola en su cama, que no puede dormir tranquila porque tiene miedo... ¿porqué calmarla?]. Se levanta, la acompaña hasta su cama y se queda con ella hasta que la niña se duerme. Últimamente repite estos viajes nocturnos con frecuencia y se queja mucho de tener que dormir sola [desde luego esta niña, que morro tiene, ¡¡ni que los adultos durmiéramos acompañados!!].

A la mañana siguiente, Carolina se lanza encima de la cama de sus padres y empieza a dar saltos diciendo que es una cama muy grande. “¿Por qué duermo sola si soy pequeña y tengo miedo?”, pregunta [pues eso me pregunto yo también hija mía, pero parece que tus padres son duritos de mollera]. Su madre le contesta que la cama es grande porque es para dos personas, [donde comen dos, comen tres, donde duermen dos...] para mamá y papá; y que cuando sea mayor y se case, compartirá una gran cama con su marido. Ante esta reflexión, la niña contesta: “Sí, ya lo sé, con Juan”, que es como se llama su papá. Al llamarlo por su nombre, Carolina intenta borrar la frontera de generaciones entre ella y su padre, queriendo expresar su deseo de ser mayor y, como su madre, estar ahí, en esa cama. [esta niña, encima diciendo que quiere dormir con Juan, su padre... no será que tiene algún tipo de anomalía psicológica que le incita a despertar un latente deseo sexual reprimido hacia la figura masculina, en este caso, la de su padre?!?]

Los niños se quejan a menudo de lo injusto que es tener que dormir en una cama pequeña, solos, mientras que sus padres se hacen compañía [lo cual es perfectamente lógico. Los niños aprenden por imitación, ¿porque no iban a querer imitar esto? es más, ¿porque ellos que sí tienen miedo, tienen que dormir sólos y los padres, que no lo tienen duermen juntos? Es que ni yo que soy adulto lo entiendo...]. Se sienten excluidos de esta relación, de la que el niño no puede formar parte y es algo que tienen que aceptar. Cuando los padres dejan esto bien claro es mejor para todos. [claro, porque si duermen los tres juntos ya no hay matrimonio... la relación se convierte en un trío]. Por su parte los progenitores saben que permitir que su hijo se meta en su cama trae consecuencias, porque volverá a hacerlo y costará más que se quede después en su habitación solo. [normal, cuando dormí por primera vez con mi mujer, la noche siguiente también prefería dormir con ella, ¿para qué dormir sólo si puedes dormir con la personas que amas?].

Algunos padres acogen al pequeño en su lecho [insensatos], como un sándwich entre los dos para que no se caiga [papá abajo, el niño encima, y mamá encima del niño. Es la única manera de que el niño no se caiga], el niño se acurruca junto a su progenitor preferido y siempre recuerda ese lugar como el más seguro del mundo. Es un engaño [por supuesto!!! es mentira!!! ¿como va a estar más seguro con sus padres que sólo en su habitación agarrado al Gusiluz, que cuando lo aprietas se enciende para dar seguridad!! Es más, si pones a Buzz Lightyear en la estantería, tienes un seguro de vida!!], que le acerca demasiado a uno de los padres y lo coloca en un lugar donde no debe estar, entre la intimidad de sus progenitores. [Estos niños, todo el día invadiendo las intimidades de los padres... a veces hasta se ponen entre los dos en el sofá mientras vemos la tele, o entre los dos para comer. Así no hay quien saque la pareja adelante].

EL PELIGRO DE CEDER

Las angustias que perturban el sueño infantil reflejan los sucesos que soporta mal en la vida: la pérdida de un juguete preferido, un cambio de clase, peleas de los padres... [y la separación por la noche de las personas que más seguridad le dan en el mundo no cuentan?? lo del juguete sí, pero los padres no??] El menor puede levantarse a comprobar que todo sigue en su sitio, que sus padres siguen ahí, que están juntos, que se han reconciliado y, una vez que se siente seguro, puede volver a dormirse tranquilo en su habitación. Son muchos los motivos que llevan a un pequeño a la cama de sus padres: puede estar angustiado, enfermo, tener miedo y, por esas razones, atraviesa la oscuridad de la noche para llegar a la cama que considera la más cómoda del mundo, además de guardar grandes misterios. ¿Pero cuáles son los motivos que llevan a los adultos a aceptar que el niño se quede en su habitación? [probablemente tienen más corazón y sentido común que tú] ¿No hay argumentos? ¿Por qué ignoran las consecuencias de esta permisividad? ¿Por costumbre familiar? ¿Para evitar explicaciones a altas horas de la noche cuando están cansados? [qué manía... no es permisividad, es dar afecto y cariño a la persona que lo necesita. Estos son los argumentos, dar cariño, amor y seguridad]. Con frecuencia por todas estas razones pero, además, por otras de las que no son conscientes en ese momento y que, sin embargo, tienen su peso en este tipo de actuaciones [seguro que la niña será ninfómana o esquizofrénica en el futuro...].

La sexualidad entre la pareja puede tener algunos cambios al combinar los papeles de padres y pareja [lógico, ya no somos pareja, ahora somos una familia y hay tres personas en casa]. Las mujeres pueden estar cansadas o sentirse solas en el cuidado del bebé porque el padre se encuentra ausente y ello influye para que la madre acepte las invasiones del niño [mande?? la culpa es del hombre, por no estar en casa, ahí, todo el día de bares, volviendo a las tantas borrachuzo y cómo no, también es de la madre porque es una blanda que sin el padre no sabe hacer nada!!]. El padre puede sentirse excluido de la relación entre la madre y el hijo, y apegarse demasiado a la hija para así no sentirse ajeno a este vínculo [lo cual puede ser denunciable porque puede derivar en un abuso sexual en toda regla...]. En cualquier caso, ceder en esta cuestión representa no dejar claros los lugares en el núcleo familiar, algo que después le complica al niño aceptar las normas educativas inevitables que debe aceptar. [Mi cama es miaaaaa, ni se te ocurra tocarrrlaaaaa]


CÓMO ACTUAR

• El niño debe dormirse en su habitación [única y exclusivamente... si hay que ir de viaje, lo mejor es que se duerma en la habitación, pasados 12'5 minutos podemos proceder a cogerlo en brazos y correr mucho hacia el coche. Hay que intentar que no esté en brazos más de 3 minutos y 16 segundos, porqué sino asociará que está en brazos con dormir. Una vez en el coche lo pondréis en la sillita muy despacio, para que no se despierte. En caso de despertarse tendréis que volver a casa de nuevo y volver a hacerlo paso por paso, porque el niño debe dormirse en su habitación]. Conviene darle confianza y decirle que puede hacerlo solo [cariño, venga, duérmete solo, que tú puedes hacerlo solo... cuando te despiertes por la mañana hazte unas tostadas con mermelada... puedes hacerlo solo, para eso tienes dos manos. Y... ya que estás nos haces un zumito de naranja a papá y mamá, pero nos llamas desde fuera de la habitación, que en nuestra habitación y en nuestra cama no puedes entrar] y, si no, quedarse con él hasta que lo haga. Es conveniente que él sepa que vas a estar cerca.

• Los padres tienen que estar convencidos de que mandarles a su cama es lo mejor que pueden hacer. [1, 2, 3, yo me convenceré, 1, 2, 3, yo me convenceré...] Si se siente pena o se duda pensando que van a estar mejor con nosotros, ellos lo advertirán e insistirán en quedarse. [qué listos son los niños, desde luego... como vean que tienes corazón y que estás pensando en darles un poco de cariño y seguridad, la has cagao!! dejas de ser la Srta. Rottenmeyer (se escribe asi?!?) y... eso no puede ser, claro].

• Los encuentros en el dormitorio de los padres o los días festivos por la mañana tienen un tono diferente a los viajes nocturnos. No ocultan miedos a crecer. Conviene frenarlos cuando se dan más allá de los tres años. [cariño, hoy es domingo, es tu cumple... ayer sábado te dejé venir porque tenías 2 años, 11 meses y 29 días, hoy en cambio no, esto podría repercutir en algún aspecto psicológico y afectivo que dañará tu crecimiento y desarrollo personal].

• Es conveniente que los padres reflexionen si últimamente habéis tenido discusiones de pareja. Los niños son muy sensibles a ellas, a veces se culpan de lo que ocurre, y pueden ir a la cama de los padres para convencerse de que ninguno se ha ido. En estos casos, explícale que a veces os enfadáis, pero que ya está todo arreglado. [que dices, que tienes miedo de estar sóla? No cariño, si papá y mamá se quieren mucho (y la niña...¿?) ya puedes ir a dormir sola de nuevo, nosotros seguiremos estando aquí los dos. Nosotros dos aquí, tú ahí, nosotros dos aquí juntos, tú ahí sola...]

• Si lleva varios días haciendo excursiones nocturnas, conviene investigar si hay algo fuera de la casa que le hace sentir inseguro. [algun violador y tal, pero vamos sólo si lleva muchos días y no es porque piense que tras una discusión papá o mamá se han pirao de casa].

PARA EVITAR ERRORES

• Si aceptáis que el pequeño duerma en vuestra cama, corre el riesgo de acostumbrarse. Es, además, un error que pone trabas a su independencia. [para que cuando ya aprenda a dormir sola venga el noviete de turno y le joda toda la independencia metiéndose con ella en la cama. Malditos adolescentes!! a la hoguera con ellos!! no saben lo que quieren!!]

• No conviene llegar a la absurda situación de que el papá acabe durmiendo en el sofá, mientras el niño ocupa su lugar en la cama. [no hay nada más ridículo que un hombre durmiendo en el sofá, ni que sea echando la siesta].

• Que el niño se quede donde no le corresponde es producto de un acuerdo, generalmente tácito, entre los padres. Que los lugares estén claros es lo que más beneficia su crecimiento. [si no es así, si no está claro el lugar, los niños pueden quedarse enanos o apolligaos. Lo mejor es poner el nombre encima de su cama, en el lugar del sofá donde se sienta y en la silla de la cocina en la que se sienta habitualmente, si no se hace esto... habrá problemas serios...]

• En ocasiones, por cansancio o por temor a que lo pase mal, se cede. No hay que culparse por ello, pero sí reflexionar por qué. [y dar espacio en nuestro corazón a la bondad y al cariño y pensar que no puede ser tan malo dar amor y seguridad a los niños].

8 comentarios:

Esther dijo...

es buenísimo, me encantan tus comentarios y tu blog
Esther

Desi dijo...

Madre mía, Armando, lo que me he llegado a reír! Si es que tus comentarios son de lo más acertados. Qué manía con dejar claro el lugar de los niños, y qué manía con que es contraproducente que duerman en la cama de los padres! Como si luego fueran a convertirse en deshechos de la humanidad.

En fin, como bien dice el refrán, a palabras necias...

Anónimo dijo...

coincido con esther, por lo menos esta vez he leido el articulo y me he divertido, cuando lo lei en el heraldo me dio algo de dolor de estomago. Genial como simpre

Armandilio dijo...

anónimo...no se quien eres...
Para saberlo, al poner un comentario, puedes clickar a Nombre/url y poner un nombre sin necesidad de estar registrad@.

Salu2!

ANABSF dijo...

genial como siempre, yo cdo lei el articulito original flipe en colores, menos mal que se le puede aportar un poco de humor, como siempre genial

Anónimo dijo...

jajaja...genial!!
tengo una niña y colechamos, pero cuando tenga un niño no lo haré, no vaya a a ser que crezca con complejo de Edipo.jajajaj
val

Anónimo dijo...

Muy buenos los comentarios. Sí, son unos pesados, con el sitio de cada uno... Ayyyy, que mi niña ya tiene 3'5 años, y aquí está en la cama... y al lado el pequeño de 5 meses... y mi marido y yo. Qué mal acostumbrados!!!

Anónimo dijo...

JAJAJAJAAAAAAAAA!!! excelentes las acotaciones, lo felicito.