16 ene 2008

La leche materna reduce el estrés

Ya os comenté hace unos días algunos de los beneficios de la lactancia materna, tanto para el bebé como para la madre. Ahora hay que añadir un nuevo beneficio para el bebé.
Los niños amamantados tienen menores niveles de ansiedad al llegar a la edad adulta que los niños alimentados con leche artificial.

Investigadores del Reino Unido tomaron una muestra de 9.000 individuos nacidos en 1970. Estudiaron los historiales médicos, se entrevistaron con los profesores de estos antiguos alumnos y hablaron con los padres.
El objetivo del estudio era hallar algún comportamiento, alguna circunstancia o exposición en la vida de los niños que pudiera alterar el manejo de la ansiedad en la edad adulta ya que estudios en animales mostraron que aquellos animales con mayor contacto cría-madre les permitía una mejor respuesta ante situaciones de estrés (que complicado debe ser hacer un estudio con animales para medir sus niveles de estrés, no? Bueno, sigo...)

Tras el estudio hallaron que el marcador que sí producía diferencia entre grupos era el del tipo de lactancia recibido. Los niños que habían sido alimentados con leche materna tenían un mejor manejo de las situaciones estresantes en la edad adulta que los alimentados con biberón.

Tuvieron en cuenta diversos factores que podrían haber alterado este resultado tales como depresión materna, eduación de los padres, clase social, hábitos tabáquicos... aún teniendo en cuenta estos factores el resultado seguía siendo el mismo. La lactancia materna aparecía como factor protector de la ansiedad.


Como véis voy dando noticias que me llaman la atención y a menudo se basan en estudios.
Ya sabéis que esto de los estudios es algo muy manejable y manipulable, nos lo explica perfectamente chestpoint en los comentarios del post Derribando Mitos, por lo que no siempre hay que creerse todo lo que se diga sobre uno u otro estudio.
Siempre debemos intentar mirar más allá y usar nuestro sentido común.

En este estudio por ejemplo, quiero mirar más allá y valorar su fiabilidad.
El hecho de que promueva la lactancia materna ya lo hace, al menos para mí, muy fiable. Detrás de la lactancia materna no hay ningún laboratorio ni multinacional que consiga un beneficio económico. Eliminado este asunto, que suele ser el más problemático a la hora de interpretar un estudio, faltaría ver cómo se ha realizado. Qué datos se han utilizado, como se han utilizado, el tamaño de la muestra y muchos otros factores que hacen que un estudio, pese a obtener un resultado asombroso pueda no ser fiable. Como no tengo los datos del estudio, y aunque los tuviera no soy un gran analizador de estudios, hago uso de mi sentido común para llegar a una conclusión.

No sé si en la leche hay algún componente que pueda promover este estado de salud mental en el bebé hasta el punto de actuar como protector incluso en la edad adulta (no es descabellado teniendo en cuenta que sí contiene defensas que no sólo sirven para la edad temprana del bebé, sino que forman el sistema inmunológico de la persona y por tanto le protegen de por vida).
Ante la duda, debemos pensar una cosa. La lactancia materna no es sólo alimento. Es contacto, es cariño, es calor, es estar con la persona que más amas (el bebé a su madre y la madre a su bebé) y por tanto pienso que lo más probable es que la diferencia radique en ese contacto, en esa relación, en ese vínculo tan íntimo y tan fuerte que se establece entre madre e hij@.

Quizá todo esto sea lo que haga que un bebé se sienta seguro, sea feliz y por tanto crezca con una base psicológica más sólida que los niños alimentados con biberón, que hacen menos tomas, no tienen el calor corporal, el olor ni el contacto con la piel de la mamá y que a menudo son alimentados por otras personas (papá, abuelos, hermanitos) que no son sus referentes primarios.

Por tanto, por el bien de la salud física y psicológica de tu bebé, DALE EL PECHO.



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