24 sept 2009

Quiero un niño independiente (II)



Para introduciros al tema del post os explicaré una historia que podría haber sido explicada estas Navidades:

Ivette tiene 6 años, hace una semana llegó a su nueva escuela y le han dicho que va a actuar en la obra de teatro de la fiesta de Navidad haciendo de María. Está muy contenta pero a la vez se siente nerviosa porque sabe que sus padres y sus nuevos compañeros estarán viéndola. Como no quiere defraudarlos le ha pedido a la profesora que le ayude a hacer muy bien de pastorcita.

Marcos tiene 6 años y va a la misma clase que Ivette. También va a actuar en la función haciendo de José y también le ha pedido a la profesora que le ayude.

La profesora ha decidido que sí ayudará a Marcos pero no a Ivette. En la semana que lleva trabajando con ella se ha dado cuenta que es muy dependiente. Pide ayuda y consejo para todo y la profesora ha pensado que de esta manera ella encontrará la mejor manera de hacer de María y así será más capaz de tomar decisiones por sí misma.

En días sucesivos la profesora ayuda a Marcos con el disfraz, las frases que debe decir y ensayan juntos la obra. En ocasiones la misma profesora hace de José para que Marcos observe de qué manera puede actuar para que parezca más real. Marcos le consulta las dudas que tiene y a medida que pasan los días y va interiorizando todo lo aprendido solicita cada vez menos el soporte de la profesora.

Ivette en cambio tiene que ensayar la obra sola, la profesora le ha dicho que se esfuerce, que lo haga como considere mejor y que seguro que lo hará muy bien. Conoce las frases pero no sabe muy bien cómo decirlas ni cuándo. Está muy nerviosa porque ensaya mucho, pero tiene dudas de si lo estará haciendo bien. Cada día intenta convencer a la profesora de que le ayude, pero ésta continúa con la estrategia de hacer que ella resuelva las dudas por sí sola para ayudarla a ser más autónoma.

Llega el día de la obra y Marcos está nervioso pero se siente seguro mientras que Ivette está muy nerviosa e insegura e intenta desesperadamente que la profesora le ayude un poco pues no quiere quedar mal con sus compañeros ni con sus padres en su primera semana.

La profesora le explica algunas pautas, pero sin querer interferir con el papel que ella ha creado, confiando en que habrá trabajado mucho y hará un buen papel.

En el momento de representar la obra Marcos actúa con seguridad mientras que Ivette se equivoca, va a destiempo y mira a menudo a la profesora para que le ayude y le guíe desde el lateral. La profesora le ayuda para salvar la función.

Al final de la obra Marcos abraza contento a sus orgullosos padres mientras que Ivette llora desconsoladamente porque siente que por su culpa la obra ha sido un fracaso y que ella no ha sabido hacer un papel digno.


Esta historia no es más que una metáfora de la vida de cualquier niño desde el momento en que nace. Como Ivette, llegan al mundo sin conocer a nadie y buscan rápidamente una persona que le sirva de referente, de ayuda y de soporte, normalmente la madre (en el caso de Ivette, su profesora).

Quieren aprender a vivir, quieren aprender el día a día y quieren aprender a ser, porque de hecho ni siquiera saben que existen como ser hasta los ocho o diez meses, momento en que se quejan si son separados de su figura de apego primario (como digo, suele ser la madre) en lo que todos conocemos como “Angustia de separación“.

Para aprender todo ello necesitan vivir lo más cerca posible de alguien que les pueda enseñar, siendo lo más dependientes posible ya que, cuanto más dependientes sean de pequeñitos, más independientes serán más adelante. Cuanto más aprendan en los primeros años, más autosuficientes serán después.

Las teorías que hablan de dejarles llorar solos para que aprendan, de retrasar un poco las demandas (“déjalo llorar cada vez un poquito más, pues si vas enseguida cada vez te llamará más a menudo”), no llevarles en brazos para que no se acostumbren o de separar al niño para que no esté enmadrado han sido ejemplificadas en la técnica llevada a cabo por la profesora con Ivette. En un intento de hacerla más independiente, de que se curta en la soledad, solo consigue que se sienta más insegura y necesitada de apoyo.

Los niños que antes son separados de su madre y a los que se les intenta enseñar a ser independientes son los que son dependientes más tiempo, pierden el ejemplo de su referente, dudarán de sí mismos y necesitarán a alguien que tome las decisiones por ellos al no haber podido aprender junto a alguien que sí sabe tomarlas.

Para ser independiente, se tiene que ser primero dependiente:

  • Primero me lo hacen (o nos explican cómo se hace).

  • Luego lo hago yo con ayuda y supervisión (pides a alguien que sabe más que tú que esté a tu lado mientras lo haces. Los niños llaman a su madre o padre).

  • Finalmente soy capaz de hacerlo solo (cuando ya he aprendido soy capaz de hacerlo solo sin necesidad de alguien que me supervise. En caso de duda o error llamaré de nuevo a mi tutor. Los niños, de nuevo, llamarán a su madre en caso de que se vean en peligro, inseguros o piensen que lo están haciendo mal).


¿No hemos estudiado todos para trabajar? ¿No hemos hecho unas prácticas tutorizadas en las que hacíamos las cosas con un profesor que luego nos dejaba intentarlo a nosotros solos?

Si quieres que tu hijo sea independiente, autónomo y capaz de tomar decisiones sé su ejemplo, permanece siempre a su lado cuando te necesite y acude siempre a sus llamadas. Poco a poco, cuando vaya aprendiendo a hacer las cosas para las que ahora solicita tu ayuda dejará de llamarte porque se sentirá seguro y con la confianza suficiente para llevarlas a cabo.

Leer también: Quiero un niño independiente
Publicado originalmente en Bebés y más

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quedo con el último parrafo que has escrito... sabes qué es lo primero que me ha dicho la profesora de mi hija? que está encantada porque es una niña independiente y autónoma, participativa y que sabe escuchar.... y la verdad que yo he crecido unos cuantos centímetros al oirlo ^_^ porque en todo esto tenemos mucho que ver su padre y yo.
Ains.. aquellas personas que me iban diciendo uff! no ha ido a guarderia lo pasará fatal... y mira el primer día nos llevó (literalmente) corriendo al colegio, hay reportaje gráfico y todo xD.
Tan preocupados que estabamos por el tema de adaptación que hasta mi marido se cogió dos semanas de vacaciones para poder estar ahí apoyando y ha sido todo tan fácil que aún estamos asombrados.

Anónimo dijo...

Joe, cuanto me alegro Virginia! :)

¿¿Así que la llevaste directamente al colegio sin pasar por la guardería??

¿¿Por algo en especial??

Cuéntame que me parece interesante please.

Yo siempre he pensado que es bueno llevarles a la guardería para socializarse y empezar a aprender cosas como "no todo está disponible para ti cuando tú lo quieras" , "hay que compartir con los demás", etc.

Acerca de la noticia me parece que está relacionada con lo que pones sobre dejar llorar al niño que pusiste en otra noticia.

Me quedo con la idea de "cuanto más dependiente sea de niño, más independiente será de mayor" y me da que pensar. ¿Es eso cierto?
Supongo que dependiente es algo progresivo como dices, el apoyar siempre a tu hijo y estar ahí, enseñarle, y darle apoyo para que poco a poco haga las cosas por él mismo.

Diferencio aquí algo que me parece importante: Diferencia entre APOYAR y AYUDAR que no tenemos que confundir.
-APOYAR: mostrarle las herramientas y/o recursos necesarios para realizar una tarea.
-AYUDAR: realizar una tarea a alguien.

Es decir, tenemos que apoyar y enseñarle cómo se hace pero que lo haga él, en vez de ayudarle y terminar haciéndolo nosotros porque así no aprende nada y así es cómo sí terminará dependiendo de nosotros porque se lo haremos por él.

Saludos cariñosos a todos y sigue escribiendo :)

Pablo

Armandilio dijo...

Virginia, a nosotros nos ha pasado igual (para que Pablo lo lea también), Jon ha ido al cole directamente sin pasar por la guardería y sólo lloró el primer día al salir, el resto de días ha ido como un loco e incluso el lunes pasado no quería entrar en casa a la hora de comer porque quería volver al cole!!!

Pablo, la socialización llegará quieras o no, el tema está en cuándo es mejor que llegue...
Algún día escribiré sobre esto, pero como anticipo comentar que lo ideal parece ser que empiecen a "sufrir" esas frustraciones a partir de los 3-4 años, y no precisamente solos, sino con sus padres al lado para ayudarles a superarlas (poco a poco las irán superando ellos solos).
Sobre el ayudar y apoyar, sí es diferente, pero un padre lo ve. Hay momentos en que te pide ayuda y hay otros en que te pide apoyo. Donde antes pedía ayuda, ahora pide apoyo y a veces donde ya no necesitaba ni apoyo vuelve a pedir ayuda.
"Cuanto más dependiente sea de niño, más independiente será de mayor", puede sonar raro, pero es cierto. Cuanto más te puedas empapar de los demás, más herramientas tendrás en el futuro.
Una cosa es ser dependiente en el sentido "mamá, hazme un bocadillo" y otra en el sentido "mama, ayúdame a hacer un bocadillo que yo no sé". Los niños son curiosos y emprendedores de nacimiento, por eso a poco que aprendan, si les dejas, lo hacen todo ellos, pero para eso te tienen que ver haciéndolo.
Yo me he encontrado a mi hijo encima de la encimera abriendo un armario alto para coger un vaso (lo siguiente era bajar y ponerse agua) con 3 años recién cumplidos... y te digo me lo he encontrado, porque ni siquiera viéndose acorralado (¿ahora cómo bajo?) me llamó.
Ellos quieren ser autónomos, otra cosa es que les dejemos (que se lo hagamos todo nosotros porque así acabamos antes o que no les permitamos aprender haciéndoles las cosas nosotros primero).