4 oct 2009

Vídeo: los niños son nuestros maestros



Cada día que pasa lo tengo más claro. Los niños vienen al mundo para enseñarnos a los padres y no al revés. Los niños son nuestros maestros. Este vídeo de la marca de pañales suiza Liberto nos lo muestra.

Nos empeñamos en hacer que aprendan a ser como queremos que sean, en hacerlos sufrir a menudo sin necesidad para que aprendan que la vida es dura y que el mundo es un lugar inhóspito en que cualquiera puede traicionarte a la que le das la espalda.

Queremos que aprendan que no se puede tener todo aquello que desean y pensamos que cuanto peor lo pasen ahora más se amoldarán al futuro que les espera.

Sin embargo, como digo, creo que la historia debe ser al revés. Estoy de acuerdo en que la sociedad en la que vivimos no es lo preciosa y bucólica que nos gustaría pero nos equivocamos al querer enseñar a nuestros niños a conformarse con ella como si se tratara de algo inamovible o irreparable porque ellos tienen el poder para formar una sociedad diferente.

Los niños vienen con el contador a cero, llenos de bondad y de ganas de vivir. Ellos son nuestra oportunidad para cambiar y ellos son los que nos tienen que enseñar a nosotros a ser mejores personas, más responsables y comprometidas con el resto, más sinceras y humildes. De nosotros depende estar preparados para escucharles y aprender.

En esta realidad en que vivimos, capitalista y encamada, enferma de la tan escuchada crisis, en este mundo del marica el último y del "tomate" en que un don nadie puede cobrar por una entrevista el montante que alimentaría a un país africano durante un año, cada vez que nace un niño llega una oportunidad de mostrarnos que algo falla.

Los niños no vienen con un pan bajo el brazo, ellos vienen con una fábrica de harina entera. La pena es que los adultos creemos que realmente sólo llevan un pan y se nos queda duro demasiado pronto.

Fuente: El blog alternativo
Publicado originalmente en Bebés y más.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Los niños son 100% Inteligencia Emocional.
Saben gestionar sus enfados, son sinceros, dicen lo que piensan siempre, preguntan lo que no saben, no hacen las cosas por el qué dirán los demás, si tienen que llorar lloran sin reparos, se relacionan con los niños de buenas maneras.

Luego llegamos los adultos y poco a poco les vamos quitando esa magia y como dices, haciéndoles ver que el mundo no es tan bonito como ellos lo quieren ver y que es importante lo que los demás piensen, a veces es lícito mentir, y muchas veces quitamos esa inocencia e ilusión por la vida que nos falta a nosotros impidiendo que sean ellos mismos 100% y sean como la sociedad cree que deben ser.

Creo, que como tú dices, ellos nos pueden enseñar muchísimo, si nos tomáramos la vida como los niños la vida sería mucho más sencilla.

Hagamos que el mundo sea tan bonito como los niños nos lo quieren mostrar.

Pablo

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que los niños son unos maestros de todo lo que nosotros, al madurar, hemos ido perdiendo en mayor o menor medida (espontaneidad, candor, confianza en los otros, sinceridad...). En lo que no estoy de acuerdo es en que les enseñamos desde pequeños lo dura que es la vida. Yo creo, por lo menos en mi caso, que estoy intentando que mi hijo crezca en un mundo feliz, que por ahora es su familia y su cole, más o menos. No creo que intentemos enseñarles la parte dura al educarles, creo que somos conscientes de que al crecer irán conociendo otros aspectos del mundo menos agradables que, ellos, como nuevas personas afrontarán, dependiendo de la educación que les hayamos dado sus padres.
Un saludo.
marta.

Armandilio dijo...

Marta, así es como lo ves tú y como lo vemos muchos padres... por desgracia no es extrapolable al resto de población.
Sin ir más lejos hoy he estado en la reunión del colegio y han hablado de "la silla de pensar" para que aprendan... con 3 años, por dios, si muchos no saben ni decir la edad que tienen... en fin.

Ciudadana C dijo...

Cuánta razón, me ha encantado el vídeo. Cuánto nos queda por aprender de los peques, son espontáneos, sin rigideces, sin prejuicios. También nos queda mucho por cambiar del concepto que tenemos de infancia.
Respecto a los colegios, este año yo estoy contenta con la maestra. Solo por cómo hablan los profes detectas cómo conciben ellos esta etapa. En este caso, habló de experimentar, de motivarles para que se sientan seguros, de acompañarles en sus aciertos, de observar sus progresos, nos habló de comprender que sus fallos son un avance en su camino y que debemos saber, que en todo momento, nuestros hijos están aprendiendo, ni más ni menos.
Sobre la silla de pensar, no estoy para nada de acuerdo, primero porque dificilmente podrán ser conscientes a través del pensamiento de en qué se han equivocado, segundo, se les transmite la idea de que pensar es un castigo y tercero, aprendemos poco de los errores, mejor hacer las cosas en positivo. ¿No crees?
Un saludo y decir siempre se aprende algo entrando en tu blog.

Anónimo dijo...

Comparto con Marta todo lo que dices,yo como madre intento que mis hijos tengan una infancia feliz, trabajando mis carencias e intentando junto a mi pareja que se sientan seguros y sostenidos, que suponemos que será la base para que en un futuro sean más felices todavía. Mi hijo mayor, de 3 años , empezó bien el cole pero ahora lleva unos días que dice que no le gusta, se aburre... El otro día en la reunión con su "seño" nos dijo que le faltaba disciplina ¿?¿?¿? ¿con 3 años? . Por el contrario, se quedó asombrada porque aunque parece que no presta atención, se entera perfectamente del significado de las cosas, cuentos, etc. Ayer mismo se lo dijimos al pediatra y ´nos dijo ¿y que espera de un niño de 3 años?Si le apetece levantarse, se levantará, si le apetece jugar, jugará...
Otra más del cole, que no tiene nada que envidiarle a la silla de pensar"Intentad que los niños hagan caca antes de salir de casa".
Otra cosita más, permitidme "trabajaremos la economía de fichas" Es decir conductismo puro y duro.Sistema de recompensas.
Cada vez tengo más claro que el sistema educativo falla, y como bien dices Armandilio estamos en un mundo capitaista que nos hace tener que vivir a veces cosas que no queremos. Nuestro corazón nos dice a muchas madres que nos gustaría no tener que llevar a nuestros hijos a un colegio hasta que no estuviesen preparados, pero nos topamos con la realidad de un sistema que no entiende de deseos maternos o paternos ni de instintos. Nosotros por nuestra parte, nos hemos asociados al AMPA y por las tardes intento trabajar con Samuel actividades creativas, que no le hagan sentirse como un adulto en un cuerpo de niño.
Arantxa C.A

Reflexiones de vida dijo...

pues justamente mi plan es aprender mucho de mi hijo y de intentar que sea lo más transparente y puro que se pueda.... creo que así somos sus padres... :-)
Un saludo