23 abr 2009

Diez consejos para que los niños odien la lectura



La lectura es al aprendizaje y a la vida lo mismo que la verdura a nuestro cuerpo: todos sabemos lo buenas que son para los niños (y adultos) y pocos hacemos uso de ellas.

Leer es una perfecta manera de ampliar conocimientos, vocabulario y a la vez de aprender a escribir. Sin embargo, la falta del hábito de lectura es una de las mayores epidemias sociales que existen, en parte porque alguien, en el transcurso de nuestras vidas, llevó a cabo alguno o varios de estos diez consejos para que los niños odien la lectura.

  • Cuando empiecen a leer en voz alta, interrúmpelos constantemente para marcarles sus errores: Creo que no hay persona en el mundo a la que le guste hacer una actividad que es corregida una y otra vez por los demás.


  • Oblígales a leer: En la línea del anterior punto. No hay nada más eficiente que obligar o "mandar" hacer algo para conseguir el efecto contrario.


  • Menosprecia sus gustos y no respetes su criterio: ¿Esto quieres leer? ¡Pero es muy aburrido! ¿No preferirías este otro tan bonito? Es mejor que lean lo que les gusta que acaben por no hacerlo al tener que leer lo que no les gusta.


  • Imponles lecturas: "Ahora que ya has acabado este libro, empieza por este otro. A mí me encantó". Para gustos colores, cada cual que decida qué leer.


  • Pídeles que te hagan un resumen: No transformes el placer de leer en un trabajo. La lectura debe ser algo agradable, nunca un ejercicio (¿por qué nadie pide a los niños que resuman los capítulos de dibujos animados?).


  • Controla todo lo que leen: Está bien que te intereses por lo que leen, pero no hay que examinarles ni interrogarles al respecto.


  • Recuérdales los beneficios de leer: “Si lees mucho te harás más listo y sacarás mejores notas"… casi tan odiosa como "come hijo, que tienes que crecer".


  • Relaciona los libros sólo con los deberes: Muchos libros sirven para aprender cosas, muchos otros simplemente cuentan historias agradables (o no) de leer. Son tan recomendables los unos como los otros.


  • Castígalos sin tele por no leer: Cada vez que se castiga a un niño sin A, por no hacer B, se consigue que el niño quiera aún más A y odie aún más B (en cristiano, el niño querrá ver la tele y le cogerá manía a la lectura).


  • Exígeles lecturas inadecuadas: Ni hay que exigir las lecturas, como ya hemos dicho, ni deben ser inadecuadas para la edad o estado madurativo de los niños.


El decálogo forma parte de la Guía pràctica per a fer fills lectors (Guía práctica para hacer hijos lectores) enmarcada en la campaña Llegir ens fa més grans de la Generalitat de Catalunya.

No sé vosotros, pero yo soy uno de tantos adultos que ha retomado el placer por la lectura a los veintitantos, después de perderlo (si es que alguna vez lo tuve) durante el periodo escolar.

Espero que las cosas hayan cambiado y espero no seguir ninguno de estos consejos, por el bien de mis hijos.

Fuente: Ediciona
Foto: Flickr (Lori Greig)

Publicado originalmente en Bebés y más.

4 comentarios:

Desi dijo...

De nuevo, de acuerdo contigo, Armando. Por suerte, en mi casa siempre hubo libros, y mi madre era socia de Círculo de Lectores. Recuerdo coger la revista, y elegir los libros que me interesaban. Mi madre se limitaba a pedirlos sin más, sin hacer juicios sobre lo que yo leía.

Recuerdo también tardes de verano, después de haber comido (y recogido la cocina), sentada en la terraza de casa, devorando con avidez un libro tras otro.

Ojalá mis hijas disfruten de la lectura como hice de pequeña, y como sigo haciendo... ¡cuando me es posible!

Elena dijo...

Me veo en cada uno de los puntos que has dicho, y lo peor de todo es que una lo hace de buena fe....nunca es tarde para empezar. Gracias.

Elena dijo...

¿Me das permiso para copiar parte de este post en mi blog?...

Armandilio dijo...

Por supuesto que tienes permiso Elena, aunque este post proviene de Bebés y más, que tiene licencia Creative Commons.
Esto quiere decir que sí puedes ponerlo, pero deberías citar la fuente.