24 sept 2009

Las preocupaciones de una madre reciente

Ya os digo que hoy no debe ser un buen día para leer cosas por la red...

Extraído de El País

"Mañana vuelvo al trabajo después del parto. No veo el momento. Voy más ancha que larga. He empalmado el permiso de maternidad y las vacaciones, pero 20 semanas no son nada para desembarazarse de los kilos del embarazo. Cuando llegué a 22 dejé de contarlos y aún tardé tres semanas en parir. Lo de dar a luz es un eufemismo de revista femenina. Lo mío fue un parto como está mandado. A pelo.

Me dejaron en dilatación diciéndome que iba para largo. Pero a la hora, mientras me clavaban en el lomo la banderilla de la epidural, vino la matrona, me metió mano y empezó a chillar que al paritorio, que ya. "Estas cuarentonas no tienen término medio, o van a cesárea o se les cae el crío a plomo", oí que le decía a otra mocosa por lo bajinis. Me dolió, mira tú. Una cosa es ser primípara añosa y otra que te lo recuerden cuando estás en un ay, sudando a mares y con el culo al aire.

El celador fue más amable. "Levanta el culete, que nos vamos", va y me dice el tipo, un yogurín cosidito de piercings. ¡Culete!, a mí, con semejante pandero. Qué mono. La niña salió en tres empujones, eso sí. Acababan de coserme los puntos de la episiotomía cuando noto un cosquilleo en los bajos. La epidural. Más vale tarde que nunca. No pegué ojo en tres días, pero tuve las piernas dormidas toda la noche, algo es algo.

De la lactancia ni hablamos. Que me perdonen las de la Liga de la Leche, pero yo me rajo. Aún tengo los pezones como badajos después de semanas ordeñándomelos sin saciar a la criatura. Desde que le enchufé biberones como extintores cada tres horas fue otra niña. Y yo, otra mujer.

Con mi poquita de depresión posparto, vale. Que parece que sólo la tienen las famosas. Que si Brooke Shields, o Gwyneth Paltrow, o cualquier guiri con glamour se confiesa en el Hola, le hacemos la ídem muertas de la empatía: qué sencilla, qué humana, cómo sufre. Pero tú, que tenías tantas ganas. Tú, que casi se te socarra el arroz esperando al padre perfecto. Tú, que te has pasado dos años en reproducción asistida visto que no aparecía. Tú ¿de qué te quejas, mona? De la vida. Mañana vuelvo al curro. Vuelvo a ser persona. No una alienígena como esa Miranda Rijnsburger, señora de Julio Iglesias, que salía de la clínica con los gemelos en brazos y los pitillo bailándole en las caderas. A mí también me baila la ropa. Me he agenciado un surtido de blusas flotantes y bombachos tipo Bollywood que ni me rozan las lorzas. Igual creo tendencia en la empresa. Para algo soy la jefa."


El relato empieza mal, sigue lo que podría decirse como bien, contando el trato recibido en el hospital y acaba igual que empieza, con la preocupación máxima de recuperar la figura sea como sea y parecer la misma persona que era antes de parir.

A destacar frases como "no veo el momento", tras 20 largas semanas de estar con su bebé y "vuelvo a ser persona".

Una lástima encontrarte mujeres así en el camino, cuando muchas están luchando por tener una baja maternal de al menos unos ridículos 6 meses (serían 24 semanas, mínimo y esta señora se tiraría de los pelos o por un puente) y cuando muchas deciden cogerse excedencias, reducciones de jornadas o incluso dejan de trabajar para ser madres. Y por lo visto, ser madre no es ser persona.

1610 votos tiene el citado artículo obteniendo cuatro estrellas y media de cinco posibles. Esto quiere decir que a la mayoría de los votantes les ha encantado semejante declaración de superficialidad.

Tengo que decirlo: ASÍ NOS VA!!!!!

El día que su bebé sepa leer y vea que su mamá se liberó tras 20 inacabables semanas juntos verá de qué va el tema...

Una conclusión reduccionista y simplista, aunque a mi modo de ver probablemente cierta, de estos temas es la siguiente: El desapego que mostramos a nuestros hijos es tal, que aprenderán a vivir desapegados de sus padres (o con una extraña y desconocida sensación de que les falta algo).

No nos extrañemos cuando en nuestra vejez nos veamos en una residencia abandonados, con nuestros descendientes esperando por si llega la herencia (sí, hay días que me levanto catastrófico y negativo total...).

Aps! mi bola de cristal ha fallado, esto no es lo que sucederá, esto es lo que ya está sucediendo. Pues eso, de padres cuervos, hijos cuervos, y ya dice el refrán, cría cuervos...

16 comentarios:

Kudifamily dijo...

Es triste, pero es así.
Hay muchas más madres de las que creemos que piensan así.
No sé, yo creo que es un feminismo muy mal entendido...

Pero bueno, para gustos los colores... Allá ella con su trabajo y su niña criada a base de biberones, abrazos de otros y preocupaciones por los kilos de más de su madre...
Yo me quedo con mis kilos, mis tetas como carretas, mis pezones como badajos, mis noches sin dormir y mi espalda cargada...
El trabajo no está en el primer lugar de mi lista, y aunque a esa señora no se lo parezca, soy la mar de feliz!

Janisj dijo...

A mí el trabajo se me había colocado en el primer luegar de la lista sin darme cuentea...
Me embaracé porque quise (y el padre también, claro) y me costó asumir, una vez llegado el bebé, que yo no sería la misma, ni mi vida, ni nada de mi alrededor, pero ser madre no significa que ya no sea persona, y eso es lo que me tocó demostrar día a día en el trabajo:
Mi cerebro funciona igual que antes de ser madre, y sigo siendo igual de capaz...
Por eso ahora soy funcionaria, porque no tengo que demostrar eso a cada minuto...
Artículos como éste no favorecer nada ver la maternidad, la lactancia, y de más como algo más en la vida, algo feliz y estupendo, aunque trabajoso también...
En fin, en este mundo hay para todos los gustos. Allá cuentas

Anónimo dijo...

Ay, Armandilio. Luego ves a los presentadores de la televisión entrevistando a los expertos, más expertos del mundo mundial, para averiguar qué les pasa a los niños y adolescentes de hoy en día.

Creo que esta carta es la respuesta... Qué pena de mundo.

Ana R

Lidia dijo...

Me encanta cuando te cabreas tanto, te sale la vena más reivindicativa y mordaz. Pero me imagino que ese cabreo viene motivado por una gran impotencia y puede que como a mi esa impotencia termine convirtiéndose en pena, mucha pena de pensar en las pobres victimas de todo esto, los niñ@s.

Gracias por revelarte por tanta estupidez, por pensar en la gente superficial que lee este relato como si se tratara de algo cómico. Estamos hablando de seres humanos.

Que desastre!!

Un abrazo.

Armandilio dijo...

Estoy contigo Kudi, semejante feminismo a mí me parece un "puedo hacer lo mismo que un hombre" con todo lo bueno que conlleva, pero con todo lo malo, si ello conduce a olvidarse de ser mujer y madre.
Janisj, me alegro de ese cambio, yo también viví un cambio en mi escala de valores y un cambio de vida total al nacer mis maestros.
Ana R, esa es una de las cosas que más me enloquece, que buscan los problemas en el cajón equivocado y las soluciones en el armario antiguo (es tan difícil reconocer que nuestro modo de vida actual es insostenible para los seres que necesitan tiempo y cariño...).
Lidia, pos sí, a veces me acabo cabreando, pero como dices, de impotencia, porque mis hijos van a vivir en esta sociedad...

Marta dijo...

Intento hacer un ejercicio de empatía, intento comprender a la persona que escribe el artículo.

No puedo.

En mi opinión el feminismo radical es el peor enemigo de una mujer, paradójico ¿no?

Estoy con Kudifamily: me quedo con todo lo que me ha dado la maternidad.

Ave Fénix dijo...

Ésto se comentó una vez en el foro de CN y al final resultó ser que esta periodista escribió el artículo como haciendo ironia sobre la realidad (tiene una forma peculiar de ironizar).
En el foro pusieron también otro artículo suyo sobre crianza y no cuadraba mucho con este, o sea, que parece fruto de su fantasía, relatando en cierta manera lo que les pasa a la mayoría de las mujeres hoy en día.
Siento no poner el enlace ahora, no puedo buscarlo que la niña se va a dormir, mañana igual hago una búsqueda.
COn lo cual espero que esta versión sea realidad, para que el supuesto hijo de esta señora en realidad no exista o no lo esté pasando tan mal...

Luisina Serenelli dijo...

De una trivialidad absoluta...como el tipo del cochecito ¿por qué esto sale publicado en un diario? Es terrible!!!
:(

Caro dijo...

Ma-dre-mí-a.
¿Sabes a qué me recuerda esto?
Hace poco que debatía en otro foro acerca de la frivolidad de muchas mujeres madres. Otras foreras, mejores personas que yo seguramente, intentaban echar un capote a estas 'individuas', pero yo no puedo. Ni quiero. SÍ conozco personalmente a alguna, claro. Y me dan una pena horrible. Por ellas,por pasar con esa ligereza por la vida, pero sobre todo, por esos pequeños 'abandonados'...
No sé si es inventado o ficción en su caso, pero los hay reales aún peor que este...

Anónimo dijo...

Hola, soy nueva en este foro y en tu página Armandillo, que por cierto me ha encantado.
Decir que además hoy en día, es bastantes círculos, esta mejor visto ser como la mujer del artículo que decir que no tienes ganas de volver al trabajo y dejar a tu niño. Y que la maternidad te cambie doy por hecho que es una evolución lógica de madres y padres, yo he cambiado totalmente mi escala de valores desde que tuve a mi niño. Lo triste es tener que oir como algo "raro", por no decir peyorativo ese " Eva es que tu has cambiado mucho desde que has tenido al Quim (mi hijo)", yo pienso, y como no voy a cambiar!!!! Quien no cambia???? Se abre un mundo nuevo ante ti lleno de satisfacciones y de sacrificios satisfactorios.
Me alegro de haber encontrado esta página.
Un saludo a todos.

Eva R.

Susana dijo...

Pues yo tambien volví al trabajo hace unas semanas...Tambien uní baja con vacaciones y con horas de lactancia..
Tambien he engordado nisecuantos kilos.

Pues no me arrepiento.

Antes de embarazarme, el trabajo, o mas bien, ser una mujer independiente era todo para mi. La casa se me caia (y se me sigue cayendo) encima si no trabajaba.
Durante el embarazo empecé a poner prioridades.
Y ahora mi prioridad se llama Noa... podria estar mirandola todo el dia.
El trabajo.. soy consciente que lo necesito. Ojalá pudiera permitirme pedir un año de excedencia para estar con ella. Se me parte el alma cada vez que la lleva su padre a las 7.30 de la mañana, y se me parte mas cuando tiene él que ir a recojerla tambien por que mi horario y la distancia del trabajo no me lo permiten.
Me resbala las miradas y los comentarios de algunos de mis compañeros cuando uní todas esas semanas para estar con mi niña, cuando he hecho uso de mi derecho y me he reducido la jornada (y por ende el sueldo). Me resbala la cara de mi jefA cuando me mira y veo que jamas me ascenderá, por que si mi niña está con fiebre, pido salir antes para estar con ella (recuperando las horas despues, claro)
Me resbala el mundo. Para mi ahora el mundo son unos ojos grises que siempre estan sonriendo. Y me encanta

lola dijo...

Yo soy autónoma. Y decidí acabar todos mis compromisos para dedicarme en exclusiva a mi bebé durante seis meses que se convirtieron en nueve. Gracias al apoyo que encontré en mi pareja y a los grupos de lactancia, hemos tenido una lactancia exitosa y satisfactoria que hemos prolongado hasta los diez meses. Como muchos decís, desde que mi niña nació cambiaron mis prioridades. Pero tengo que reconocer que sí experimenté una alegría en la reincorporación. Siempre me ha gustado trabajar. Encuentro en mi actividad una fuente de satisfacción personal. ¿Eso me convierte en peor madre?.

Armandilio dijo...

No, Lola, eso no te convierte en mejor ni peor madre.

Blanca Rosa dijo...

Muy feliz año 2010 a todos!!
y yo que parece que vivo en los mundos de yupi, cuando hablo con la gente y me preguntan que cómo es que mi hija que cumple el 15 de Enero, tres años ( 36 meses) aún toma el pecho... Estás loca Blanca,... hasta se vuelven a mirar en la pastelería si la niña me pide tetita, como ella dice y yo, lógicamente, se la doy...

Hoy me encuentro con un amigo, que estudió magisterio conmigo, docente en activo él, y me dice:
y tú qué? no estudias ni nada, ¿ no? ¿ Pasas ya de las oposiciones?...
Y yo le digo más o menos: sí que hago, de hecho no paro... estoy criando a mi hija, y dedico tiempo total a ello;
¿ Sabéis? para mí, la maternidad me cambió todos los esquemas, mis prioridades se volvieron del revés y lo que durante años fue vital para mí, llegar a tener un buen trabajo,... pasó a un segundo, tercer o cuarto plano.

No llevo a mi hija a la guardería, porque su papá y yo pensamos que es mejor que esté en casa criándose con nosotros.(Respetamos a quienes piensan lo contrario, sin juzgar, sin embargo, cuando yo digo que no va a la guarde, la gente, se extraña, cantidad e incluso presumen de lo bien que les va su niño con un añito, o dos o menos incluso al " cole".)

Le doy el pecho hasta que ella quiera, por el mismo motivo.
Todo esto para la mayoría de gente de " a pié", resulta anti- progreso, cuando a mi entender y sentir es todo lo contrario.

No pertenezco a ninguna brigada de leche, ni de crianza, sólo escucho mi instinto, mi corazón y... a mi hija.Suerte que hay lugares como este estupendo blog, que me revitalizan y acompañan. Gracias Armando por tu compartir.
No es fácil, pero es posible.!!
Un abrazo, Blanca.

Armandilio dijo...

Feliz Año a ti también Blanca. Cuánto me identifico con todo lo que explicas.

Lolita Blahnik dijo...

Pues si, tienes toda la razon del mundo, Armandilio, a mi ese texto me he puesto los pelos de punta.